22 febrero 2021

Donación de cuadernos escolares por parte de José Luis Rodríguez Villa coincidiendo con la aparición de su nuevo libro

El oftalmólogo y escritor José Luis Rodríguez Villa, colaborador de la revista Cabás del Centro de Recursos, Interpretación y Estudios de la Escuela de Polanco, visitó de nuevo  la sede de este centro.
En esta ocasión, el motivo de la visita era doble.
En primer lugar, realizar la donación de todos sus cuadernos de la etapa escolar que realizó durante sus años de permanencia como alumno en el Colegio Estudio de Madrid.
Sobre la historia de este colegio, Rodríguez Villa escribió "Apuntes del Colegio Estudio" en el número 9 de Cabás y en el número 25, que aparecerá en junio de 2021, se publicará un relato escolar titulado El kindergarten del Colegio Estudio de Madrid: recuerdos y experiencias.
Y, en segundo lugar, la visita de José Luis Rodríguez Villa tenía también como objetivo hacer llegar al CRIEME varios ejemplares de su nueva publicación, WhatsApp para toda la vida. Este libro es un conjunto de relatos cortos escritos como si fueran comunicaciones a través de WhatsApp sobre experiencias personales de diverso tipo realizados durante el periodo de reclusión en casa a causa de la pandemia por la COVID-19.
A través de esos pequeños relatos, se puede hacer uno una idea muy aproximada de lo que eran diversos aspectos de la vida de la gente en la España, especialmente en su capital, de la segunda mitad del siglo XX.
Recogemos, como muestra, lo que relata en la página 36: "En aquellos tiempos, durante el bachiller, salvo las excepción de los colegios de otras nacionalidades: Liceo Francés, Colegio Británico, Colegio Alemán, no estaba autorizada la enseñanza mixta de chicos y chicas, de manera que cuando había inspecciones se producía una auténtica movida y empezando por el Sr. Bauluz se ponían a repartir: 'las chicas de la 12 y de la 13 que bajen inmediatamente al gimnasio', 'los chicos de cuarto y de sexto que vayan al laboratorio', 'las chicas de quinto y sexto, ¡vamos, deprisa!, bajad al cuarto de música'. Había carreras y alboroto, era una sorpresa que no se producía todos los días y debió de funcionar bien porque no cerraron el colegio."