Era habitual que los maestros dispusieran de este objeto para, en las salidas al campo con sus alumnos, realizar prácticas de agrimensura.
En el manual de Félix Martí Alpera "Nuevas lecciones de Geometría", de 1911, se nos describe en la página 24 una cadena de agrimensor como "un decámetro formado de 50 pedazos de alambre grueso unidos por anillos de hierro. Los pedazos de alambre son dobles decímetros aproximadamente y cada cinco forman con la anilla que les sigue, un metro. La división de la cadena en metros está señalada por anillas de latón. A la cadena de agrimensor acompaña siempre un manojo de agujas. Las agujas son unos alambres gruesos de unos tres decímetros de largo que terminan en punta por un extremo y en una anilla por el otro."
A la que está expuesta en el CRIEME le faltaba uno de los dos eslabones de los extremos.
Luis Fernández Criado, profesor jubilado del I.E.S. "Villajunco" de Santander, conocido por las maquetas que elaboró con sus alumnos y alumnas hace unos años sobre maquinaria del Siglo de Oro, expuestas en diferentes lugares, se ofreció a reproducir ese eslabón. El resultado es el que aparece en la fotografía.
Pero, además, regaló al centro cuando vino a traernos el eslabón (que curiosamente ha sido el 23 de abril, Día del Libro y aniversario de la muerte de Cervantes) un don Quijote realizado por él, incluido el diseño del mismo, con tornillería y otros elementos metálicos de uso corriente, como muelles o bisagras de las denominadas (¿cómo no?) "de libro".