Hoy es un día agridulce para todos nosotros en el CRIEME. Después de casi dos décadas de dedicación y entrega, llega el momento de ver cómo José Antonio deja su mesa. Pero ahora que te vas, queremos expresarte nuestro agradecimiento y dejarte una nota llena de cariño y buen humor.
En estos años, has sido el verdadero hombre orquesta del centro. Desde
recargar el gasoil hasta vigilar una cerradura rebelde, no hay tarea que no
hayas abordado con maestría para mantener siempre este centro en perfectas
condiciones. ¡Incluso te atreviste a colgar cuadros con nivel y taladro! ¡Eres
todo un hombre multiusos!
No podemos olvidarnos de tu meticulosidad con la documentación. Y no digamos
de las revisiones de escritos entregados a tus Vidas Maestras, publicación
con la que tantos años has convivido y has cuidado. También has estado encima de cada cartel del
centro, de los artículos de la revista Cabás…. y un montón de cosas más. En ninguno de ellos tuvo
escape una coma mal puesta. Y ya no digamos en las cuentas del centro, siempre
cuadraron los importes y no se despistó una sola factura en tantos años. De
hecho, lo tuyo parecían más las matemáticas que de la filosofía, aunque todos
sabemos que ambas se te daban de forma brillante.
Tu atención a las personas ha sido tu sello distintivo. Has atendido a cada
persona que ha visitado el centro con un esmero admirable. Lo has enseñado
cientos de veces y con una dedicación que merece aplauso. No hay duda de que
eres un apasionado de la divulgación de estos materiales, que has buscado con
pasión y conseguido hacer llegar a nuestro centro. Todos te echamos mucha culpa
de que hoy el CRIEME esté reconocido a nivel nacional.
Tu entusiasmo por la historia de la escuela y de la enseñanza ha dejado
huella en todos nosotros. Nos dejas tus
reseñas en Cabás, revista que difícilmente hubiese salido adelante sin
tu colaboración. También nos dejas tus comunicaciones y artículos, todo
impregnado con muchas reflexiones que has querido compartir.
Aun sabiendo que llegaba tu jubilación, hasta el último día has estado sin
bajar un minuto la guardia, dejando todo perfecto para tu relevo.
Y cómo olvidar esos ratos de café en los que nos acompañabas con tus agudas
conversaciones. Tus chistes e ingeniosas ocurrencias siempre nos han alegrado
las jornadas, y ese puntito de polémica, que han tenido muchas de ellas, ha
sido semilla de muchos debates que siempre la han dado vida al centro. Eres el
rey indiscutible de las anécdotas y las bromas inteligentes.
José Antonio, te echaremos de menos en el CRIEME. Tu dedicación, tu
conocimiento y tu carisma dejarán un vacío difícil de llenar. Pero también nos
alegra pensar en los nuevos horizontes que se abren para ti y en las personas
que tendrán la suerte de contar contigo.
Te deseamos lo mejor en esta nueva etapa de tu vida. Ponte muchos retos para
que los sigas conquistando. Nos llevamos un montón de buenos recuerdos.
¡Hasta siempre, querido amigo!
Con cariño y admiración,
El equipo del CRIEME
P.D. Este es el primer texto del blog que no corriges en muchos años ¡Esperemos que no le falte una coma!